Será porque de chica ese pasillo, en especial esa puerta, era el centro de toda fotografía que me sacaba mi mamá cuando iba al jardín y tenía algún acto importante en donde tenia que ir caracterizada de algún personaje. Simboliza el desprenderse de esa etapa en donde fue todo luces, en donde veía el mundo sin problemas, con la tranquilidad de que nada me iba a pasar. Eso lo fui dejando atrás a medida que fueron pasando los años. El piso mojado, reflejando la puerta, son los recuerdos que quedan, no recuerdos nítidos sino recuerdos borrosos, reflejos no fieles al pasado dejado, recuerdos que solo quedan en la memoria y de a poco voy perdiendo su enfoque de igual forma como lo hace un espejismo. Hasta llegar al principio de la foto, un lugar oscuro, desconocido, en donde lo no mostrado, da esa sensación de intriga, de que algo me espera; por eso oscuro, el mundo que antes estaba iluminado sin preocupación alguna; hoy se torna oscuro, incierto, con un futuro que puedo imaginar pero sin tener la certeza que así será.